La rédaction d'Optical Center | Publicado el:
En los últimos años el personal sanitario ha estado cuestionando el uso de los bastoncillos de algodón. Más allá del daño ambiental que suponen, los expertos desconfían del uso que hacemos de ellos y de la forma en que nos limpiamos los oídos. Este objeto tan diminuto parece ser más peligroso de lo que imaginamos.
Publicación Optical Center, Manu Gosselinois 17.09.2019 - 15h32
Riesgo para nuestra salud auditiva
Este verano se ha realizado una intervención quirúrgica a una joven a raíz de una infección bacteriana que ha dañado su conducto auditivo. La infección estuvo causada por la acumulación a lo largo de los años de fibras de algodón. Los especialistas nos dicen que los bastoncillos han de utilizarse solo de forma puntual y con precaución. El cerumen que tenemos en el oído. no debe eliminarse, ya que tiene propiedades útiles y desaparece por sí solo.
¿Para qué sirve el cerumen?
La cera del oído tiene su utilidad y no debemos desatenderla. Protege la piel del conducto auditivo, evitando que se seque. Su acidez forma una barrera contra bacterias y hongos. Asimismo, atrapa el polvo y otras partículas. Los bastoncillos no deben penetrar en ningún momento en el canal auditivo.. Solo debe servir para limpiar la cera visible del oído. Una parte del algodón ha de quedar siempre a la vista.
¿Qué alternativas existen?
Hay numerosas soluciones. Podemos simplemente aplicar un poco de agua y jabón en el lóbulo y el pabellón de la oreja. Es suficiente luego con secarnos con la toalla para eliminar la cera. También se puede utilizar un pulverizador adecuado o suero fisiológico. Existe una versión ecológica, hecha de bambú, llamada Oriculi. Cuidado, sin embargo, de no introducir este limpiador muy adentro.